Mi mujer se sentó en la cama, abrió las piernas y me dice:
“Ponte a cuatro como buen perro.”
Eso hice, me puse a cuatro patas, con la cabeza entre sus piernas y ofreciendo mi culo para que lo follaran.
Él se untó vaselina y me la untó en el culo, después metió un dedo, luego dos, cuando le pareció dijo: “ya te meto la polla.”
Apenas me dolió, pues aunque la primera polla, estaba follado.
¡Joder, que gusto! Fóllame, fóllame,… ¡Quiero ser tu puta!
Mientras me follaba seguía limpiando su coño y tragando todos sus jugos.
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