exhibiendo a sus mujeres

Apenas pude comérmela y me levantó tirándome del pelo para besarme, vio que venía un abuelete. Son los peores, ya he comprobado que si ven a una pareja no se cortan para mirar, si hace falta se paran cerca para no perder detalle. Tuvimos que parar de todo, incluso de besarnos para que se fuese.
Se me pasó el calentón levemente, la verdad que poco porque en ese rato no deje de pensar en lo que quería hacer cuando se fuese el tío ese. Desde que me comiera el coño y el culo allí mismo, hacérselo yo o que me follara a 4 patas en ese banco sucio de madera.
Solos de nuevo volvió a refregar sus dedos por mi coño, mi clítoris y mi agujerito, consiguió que me mojase en apenas un minuto. Su polla seguía dura, el cabrón creo que la había mantenido así todo el tiempo. Estábamos sentados con las piernas juntas, perfectos para tocarnos y seguir elevando nuestra temperatura.
Ya estaba caliente como una perra otra vez, mis ganas de polla eran palpables. Se levantó para ponerse de pie frente a mí, sacó su polla y fue directa a mi boca. Dios, nadie sabe como disfruto con eso. Poco duramos así, no porque no me la estuviese tragando bien sino porque todavía podía ser más cerdo el muy cabrón.






Comentarios

Unknown ha dicho que…
Que mujeres tan cachondas
Att trendemedianoche69@gmail.com